Cáncer de Recto
Cáncer que se forma en los tejidos del recto (las últimas pulgadas del intestino grueso más cercanas al ano).
El recto se sitúa en la pelvis, como se ha mencionado antes.El crecimiento de un tumor originado en esta zona anatómica será tanto hacia la luz o zona “hueca” del recto, como hacia fuera, traspasando las paredes del recto y llegando a los tejidos vecinos.
El drenaje linfático del recto es bastante diferente al de colon. El drenaje linfático del recto va, principalmente, hacia los ganglios perirrectales y paravertebrales.
Por último el tumor también se puede extender por los vasos sanguíneos dando lugar a metástasis en órganos distantes. En el cáncer de recto son más frecuentes las metástasis en el pulmón, a diferencia de lo que ocurre en el cáncer de colon.
El adenocarcinoma es el tipo de tumor más frecuente en el recto. Representa el 95% de los tumores que asientan en esta localización anatómica.
Al igual que en el cáncer de colon, el adenocarcinoma se puede clasificar en tres grados histológicos:
- Bien diferenciado.
- Moderadamente diferenciado.
- Escasamente diferenciado.
Otros tipos histológicos mucho más infrecuentes (menos del 5% de los tumores en el recto) son:
- Carcinoma de células pequeñas.
- Carcinoma escamoso.
- Carcinoma adenoescamoso.
Actualmente un 44% de los pacientes se diagnostican en estadios iniciales o localizados, un 40% ya con afectación locorregional o locálmente avanzados y solamente un 16% en estadios avanzados o metastático. Estos datos son ligeramente mejores que los observados en el cáncer de colon.
La Clasificación del tumor por Estadios se llama Clasificación TNM y está mundialmente aceptada. La clasificación para el cáncer de recto es igual a la del cáncer de Colon.
La T se refiere al nivel de extensión del tumor primario en las paredes del intestino:
- Tis: es el tumor “in situ”, confinado a la mucosa, que no traspasa las capas de la mismo.
- T1: tumor que invade la submucosa.
- T2: tumor que invade la muscularis propia.
- T3: tumor que llega hasta la subserosa o los tejidos grasos perirectales.
- T4: tumor que invade tejidos de órganos adyacentes, como la vejiga urinaria, próstata, vagina o útero).
La N se refiere a la presencia o no de afectación de los ganglios linfáticos
regionales o más próximos a la zona donde se origina el tumor.
- N0: significa ausencia de afectación ganglionar.
- N1: significa la presencia de afectación tumoral en 1 a 3 glánglios linfáticos perirectales
- N2: significa metástasis o afectación de 4 o más ganglios linfáticos.
La M se refiere a la presencia confirmada de metástasis a distancia:
- M0: es ausencia de metástasis
- M1: es presencia de metástasis a distancia.
Dependerá, fundamentalmente, del estadio clínico de la enfermedad tumoral.
De forma resumida se puede decir que en los tumores muy localizados (estadios 0 y I) el tratamiento fundamental es la cirugía. Se debe resecar el tumor con un margen de tejido sano periférico de, al menos, 1 cm. Aún así las recurrencias locales son frecuentes (50% de los casos) pero se pueden tratar de nuevo con cirugía.
Los estadios localmente avanzados (Estadios II y IIIA) deben de tratarse con una combinación de tipos de tratamiento. Lo más recomendable, según los estudios más recientes, es realizar primero un tratamiento con radioterapia y quimioterapia simultáneas (lo que se llama tratamiento quimio-radioterápico neoadyuvante) seguido de una cirugía radical. Las posibilidades de mejorar la supervivencia global son, de este modo, muy significativas.
Los estadios IIIB y IV tienen pocas posibilidades de curación a largo plazo con los tratamientos actualmente conocidos. La quimioterapia y la radioterapia son los tipos de tratamiento más importantes.
Estadio 0 (carcinoma in situ)
El tratamiento para el estadio 0 puede incluir los siguientes procedimientos:
- Polipectomía simple.
- Escisión local.
- Resección. (Cuando el tumor es muy grande para extirparlo mediante escisión local).
- Radioterapia interna o externa.
Cáncer de recto en estadio I
El tratamiento del cáncer de recto en estadio I puede incluir los siguientes procedimientos:
- Escisión local.
- Resección.
- Resección, con radioterapia y quimioterapia antes o después de la cirugía.
Cáncer de recto en estadio II
El tratamiento del cáncer de recto en estadio II puede incluir los siguientes procedimientos
- Resección, más una combinación de quimioterapia y radioterapia antes o después de la cirugía.
Cáncer de recto en estadio III
El tratamiento del cáncer de recto en estadio III puede incluir los siguientes procedimientos:
- Resección, más una combinación de quimioterapia y radioterapia antes o después de la cirugía.
Cáncer de recto en estadio IV y recidivante
El tratamiento del cáncer de recto en estadio IV y el cáncer de recto recidivante puede incluir los siguientes procedimientos:
- Resección, con una combinación de radioterapia y quimioterapia antes de la cirugía.
- Resección o exenteración pélvica como tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
- Radioterapia, quimioterapia o una combinación de ambas como tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
- Quimioterapia para controlar el crecimiento del tumor.
- Colocación de una cánula para ayudar a mantener abierto el recto si el tumor lo bloquea parcialmente, como tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
El tratamiento del cáncer de recto que se diseminó hasta otros órganos depende del órgano hasta donde el cáncer se diseminó.
- Quimioterapia regional o sistémica.
- Radioterapia interna.
- Cirugía para extirpar el tumor, con quimioterapia o sin ella antes de la cirugía.
El tratamiento de las áreas del cáncer que se diseminó hasta el pulmón o los ovarios es cirugía.
La quimioterapia es un tratamiento del cáncer que utiliza medicamentos para interrumpir el crecimiento de células cancerosas, mediante su destrucción o evitando su multiplicación. Cuando la quimioterapia se administra oralmente o se inyecta en una vena o músculo, los medicamentos ingresan al torrente sanguíneo y afectan a células cancerosas en todo el cuerpo (quimioterapia sistémica).
Cuando la quimioterapia se coloca directamente en la columna vertebral, un órgano o una cavidad corporal como el abdomen, los medicamentos afectan principalmente células cancerosas de esas áreas (quimioterapia regional).
La forma en que se administra la quimioterapia depende del tipo y el estadio del cáncer que se está tratando.
En el pasado se pensaba que la cirugía era el tratamiento de elección.
Sin embargo, la mayoría de estas intervenciones implicaba eliminar todo el esfínter anal, lo que originaba una incontinencia fecal permanente y conllevaba la realización de una colostomía (abocar el tubo digestivo directamente a la pared abdominal para la eliminación de las heces).
Actualmente se puede evitar esta cirugía amputadora, en muchos casos, con la radioterapia y la quimioterapia prequirúrgicas.
Hay dos tipos de radioterapia.
La radioterapia externa utiliza una máquina fuera del cuerpo que envía la radiación hacia cáncer.
La radioterapia interna utiliza una sustancia radiactiva sellada en agujas, semillas, cables o catéteres que se colocan directamente en el cáncer o cerca del mismo.
La forma en que se administre la radioterapia depende del tipo y el estadio del cáncer que se está tratando.
Durante todo el tratamiento, el paciente ha de permanecer inmóvil y mantener la misma postura. Es frecuente, que próximo a la zona del tumor se encuentren determinadas estructuras importantes como la vejiga, las cabezas femorales, entre otros. Para administrar la radiación con una precisión elevada y evitar que los tejidos sanos que rodean al tumor reciban más dosis de la tolerada, se utilizan sistemas de inmovilización muy precisos para que permitan la administración de la radiación con gran exactitud.
Mientras dura la sesión de tratamiento el paciente estará solo en el interior de la sala, pero vigilado por el personal especializado a través de un circuito de televisión y un interfono.
El fraccionamiento estándar consiste en administrar una sesión al día durante cinco días a la semana descansando dos, generalmente sábados y domingos. Para su administración no es necesario estar ingresado, puede acudir al hospital para el tratamiento y una vez finalizado volver a su casa.
Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos (quince aproximadamente). El tiempo real de irradiación dura unos segundos.
Una vez finalizado el tratamiento diario, puede estar en contacto con otras personas, ya que no emite ningún tipo de radiactividad. Sus relaciones sociales, laborales y familiares no tienen por qué verse afectadas mientras dure el tratamiento.
Estos efectos son difíciles de prever con exactitud, ya que dependen de múltiples factores como la zona del organismo donde se realiza el tratamiento, la dosis, el fraccionamiento y la susceptibilidad individual de cada persona. En algunos casos se producen efectos mínimos, mientras que en otros son más serios y es necesario administrar tratamiento médico para su control..
Con la radioterapia interna se logra administrar altas dosis de radiación a cortas distancias, de tal forma, que llega muy poca dosis a los tejidos sanos circundantes al implante.
El paciente estará controlado, en todo momento, a través de un monitor de televisión por el personal sanitario responsable de su cuidado.
La duración del tratamiento dependerá en gran medida del tipo de isótopo que se haya empleado en el implante y de la cantidad de dosis que se quiera administrar en la zona del tumor, pero generalmente oscila entre minutos y días.